Marco Teórico

Desafíos educativos de la era digital. 
Los crecientes cambios en la sociedad de la información van produciendo también cambios y transformaciones, aunque con mayor lentitud, en los Sistemas Educativos.
José María Esteve (2006:20) considera a los cambios ocurridos en los últimos 30 años como una auténtica “revolución educativa” , para poder entender estos cambios no podemos centrarnos sólo en el rol del docente y los cambios que se van produciendo dentro del aula, sino que los mismos se generarían a nivel de tres contextos diferentes, así lo plantean  Bowe y Ball (1992) citados por Esteve: primero en el contexto macro, dependiendo de las fuerzas sociales, los grupos políticos, los sectores económicos y financieros; en segundo lugar el contexto  político y administrativo determinado por las leyes y decretos que normativizan los procesos de enseñanza y el tercer contexto tiene que ver con el contexto práctico haciendo referencia al trabajo de los docentes y los centros educativos; “cualquier intento de reformar la educación que no tenga en cuenta los elementos determinantes de esos tres contextos está abocado al fracaso” Esteve (2006:21)
La información a la que se accede con las nuevas tecnologías es tan abundante y variada que ya no alcanza con enseñar a los alumnos a leerla y analizarla, sino que la capacidad de organización de la misma se torna fundamental. Los espacios virtuales además de constituirse bibliotecas inagotables y al alcance de todos;  constituyen espacios de intercambios, de encuentros, de colaboración, de organización y de constitución de nuevas comunidades.
“El mundo de la pantalla es un mundo muy distinto al mundo de la página escrita, requiere una vida intelectual, perceptiva, asociativa, y reactiva muy diferente, nace una nueva ética y una nueva técnica intelectual…” (Ob. Cit :17)
Es por ello que el desarrollo de las tecnologías de la información  nos posiciona frente a una gran cantidad de información donde el desafío ya no es aprender determinados contenidos, sino aprender a aprender, aprender a codificar, a organizar, a jerarquizar y categorizar la información. “… a diferencia de épocas anteriores, el déficit de las nuevas generaciones no es por lo general un déficit de información y datos, sino de organización significativa y relevante del vendaval de informaciones fragmentarias y  sesgadas que reciben”… “los individuos requieren capacidades de aprendizaje de segundo orden, aprender cómo aprender y cómo autorregular el propio aprendizaje” Pérez Gómez (2012:18). Estos dichos interpelan las afirmaciones anteriores ya que la sola incorporación de tecnologías no garantiza que todos los sujetos puedan procesar esa información y aprovecharla para mejorar sus aprendizajes, lo cual  exige pensar la función de la enseñanza en estos escenarios.
Otro problema de la enseñanza que interesa analizar, además del destiempo en la comunicación, según Edith Litwin (2008) es el  desinterés por parte de los estudiantes, la apatía e indiferencia frente a las propuestas de aula. Se perdió el significado  de la actividad a desarrollar, uno de los motivos sería justamente el desfasaje  entre la cultura mediática a la que acceden los adolescentes fuera de la escuela,- universo inmenso de información y  alta variabilidad, además de una presentación que los atrapa,  aunque muchas veces la misma carezca de sentido para ellos - y la cultura que utiliza la escuela para transmitir o compartir información.
Juan Ignacio Pozo en su libro Aprendices y maestros (2010): La nueva cultura del aprendizaje, analiza los cambios que se han producido en las formas culturales del aprendizaje y los asocia directamente con la incorporación de las nuevas tecnologías,  al poder liberar la memoria con la aparición de instrumentos que permiten  acceder a una mayor información, almacenarla y codificarla es que se pasa de un aprendizaje memorístico y reproductivo a un aprendizaje mucho más racional.
Ante esa avalancha de información a la que se exponen los estudiantes y teniendo en cuenta que la educación uruguaya se encuentra en un proceso en el que la incorporación de las computadoras del Plan Ceibal al aula juega  un papel preponderante,  es que se torna imprescindible como ya se mencionara pensar el   rol del docente en ese escenario. Este debería promover instancias donde se organice y se dé sentido  a la información,  relacionándola con el conocimiento escolar.  Es necesario brindar ayuda a los alumnos para que logren discriminar  y  aplicar dicha información  en  diferentes contextos y situaciones.
Se trata de un cambio de paradigma donde las Instituciones Educativas se enfrentan a un enorme desafío, los docentes se encuentran frente a nuevos estudiantes que  aportan habilidades cognitivas, maneras de aprender y  formas de comunicarse y de vivir muy diferentes a las que acontecían en un pasado no lejano.
Autores como Inés Castro Gugliemone (2009: 40) aportan algunas ideas en referencia al nuevo lugar que debe ocupar el docente dados los cambios antes descriptos:

 “Sabemos que los programas y las metodologías de enseñanza actuales difieren mucho de las necesidades del alumno del siglo XXI, por lo que debemos apelar a la creatividad personal buscando crear una cultura participativa en dónde la aceptación del otro sea el inicio de una construcción colectiva de la identidad. El Plan Ceibal nos aproxima al mundo actual al entregar una laptop a cada niño que le acercará a su familia. Este medio permite acceder a la información, la comunicación, en una actualización permanente”
En ese escenario el desafío actual de la educación es cómo insertar la escuela en un entorno cultural con nuevos esquemas comunicativos, y simultáneamente, cómo seguir siendo un lugar privilegiado  de aprendizaje de conocimientos y competencias intelectuales y actitudinales para intervenir crítica y creativamente en la sociedad actual. Ubicada en esta doble perspectiva, la educación debe preguntarse por los retos que  le plantean  los cambios en la comunicación y qué tipo de educación es útil para el desarrollo de los ciudadanos en la nueva realidad.  
El hecho de incorporar las nuevas tecnologías debería enmarcarse en modificaciones de los modelos pedagógicos ya existentes y no como agregados a los mismos,  implica una nueva forma de enseñar y aprender en contextos y situaciones muy diferentes. No se trata de sustituir los medios tradicionales, sino de incorporar los nuevos   realizando una reflexión crítica de las prácticas para que se realicen cambios genuinos y no simplemente poner más recursos al servicio de los mismos modelos de enseñanza.

“La integración de las TIC en las aulas ha pasado de ser recomendable a hacerse imprescindible. Los tipos de habilidades que los ciudadanos necesitan están cambiando rápidamente y los sistemas de educación deben adaptarse  para dotar a los jóvenes de las competencias necesarias. La competencia digital es cada vez más importante, no sólo como una habilidad en sí misma,  sino también como facilitadora de otras habilidades como el trabajo en equipo, aprender a aprender…” Lion (2012:13)

Por otra parte Flavia Terigi (2012:16) sostiene que  “la docencia tal como se ha desarrollado en la escolaridad moderna es una función definida en un marco cultural francamente diferente del actual”,  los avances científicos tecnológicos y el desarrollo constante de los medios de comunicación se producen a un ritmo acelerado en la cultura moderna alejándose más aún de la cultura  escolar, por otra parte y siguiendo a la misma autora la función del docente en estas condiciones implicaría que sea un docente productor del saber en cuanto a la forma de transmisión del conocimiento; y un docente como “inventor del hacer” en cuanto a su capacidad de producir determinadas estrategias para transmitir los conocimientos científicos en contextos y situaciones específicas.

 Siguiendo esta línea, Carina Lion (2012: 18) sostiene que

 “el docente es la persona que desempeña el papel más importante en la tarea de ayudar a los estudiantes a adquirir esas capacidades. Además es el responsable de diseñar tanto oportunidades de aprendizaje como el entorno propicio en el aula que facilite el uso de las TIC por parte de los estudiantes para aprender y comunicar.” 

El incorporar las TIC al aula implicaría que los docentes sean inventores de ese hacer específico, debido a la escasez  de lineamientos para utilizarlas en el aula o la escasa formación con la que cuentan los docentes aún - datos que surgen también de las investigaciones nacionales presentadas como antecedentes -  por tratarse de herramientas que han sido recientemente  incorporadas.
Pensar en docentes con esas características implica hacer mención a su proceso de formación y a ese respecto  Flavia Terigi (2012:26) plantea  con respecto a los saberes que un docente debería haber incorporado en su formación académica  una categorización  basada en diferentes autores donde el conocimiento de las  tecnologías de la información y de la comunicación deberían formar parte de ese saber docente, además de la formación pedagógica, disciplinar, el conocimiento de los contextos educativos y los fines, propósitos y valores institucionales entre otros.
Para Perrenoud (2004) (en Terigi 2012)  la utilización de las TIC debería formar parte de lo que él considera las 10 nuevas competencias para enseñar (nuevas competencias porque surgen en la actualidad) entre otras relacionadas con la gestión, implicar a los padres, la formación continua, el trabajo en equipo. 

En nuestro país el conocimiento de las tecnologías de la comunicación y la información han
sido incorporadas al currículum de formación docente en el Plan de SUNFD 2008 [1] formando parte del núcleo de formación profesional común con una distribución horaria de 3 horas semanales, en 3° año bajo el nombre de la asignatura Informática. 
Por otra parte interesa formularse la interrogante ¿la incorporación  realmente redunda en cambios en la modalidad de trabajo dentro del aula o se articulan al modelo pedagógico  ya existente?

Jordi Adell (2005-2007) citado por Carina Lion (2012:13) sistematiza la integración de las TIC en el aula para el desarrollo de las competencias digitales en 5 puntos:

·         Acceso: aprender a usar correctamente la tecnología.
·         Adopción: apoyar a una forma tradicional de enseñar y aprender.
·         Adaptación: integración a formas tradicionales de clase
·         Apropiación: uso colaborativo, proyectos y situaciones necesarias.
·         Innovación: descubre nuevos usos de las tecnologías y combinan las diferentes modalidades.

Por otra parte Pere Marqués (2001) citado por Carina Lion (2012: 16) plantea la infraestructura básica necesaria en los Centros Educativos para desarrollar competencias digitales:
  • Pizarras digitales interactivas conectadas a una computadora con internet, video proyector y tablero  interactivo.
  • Aulas informáticas.
  • Computadoras en las aulas de clase.
  • Mediatecas y salas de estudio multiuso con conexión a internet.
  • Intranet y web del Centro Educativo.
El incorporar estos recursos obviamente  demanda una mayor necesidad de  conexión a internet.
Si bien la infraestructura digital es necesaria no es suficiente, se necesitan estrategias coordinadas por la Institución que permitan desarrollar mejores aprendizajes.





[1] Sistema Único Nacional de Formación Docente: se trata de un plan integrador para la formación de maestros, maestros técnicos y profesores. 

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